viernes, 10 de febrero de 2012

Tomás Gómez es el candidato de la coherencia



El proceso que culminó en Sevilla con la recuperación del poder en el PSOE por parte de aquellos que lo perdieron con la llegada de José Luis Rodríguez Zapataro comenzó en Madrid. Alfredo Pérez Rubalcaba, y José Blanco, que en ese momento se veía con más opciones antes de su incidente judicial, lanzaron la operación Trinidad Jiménez para finiquitar a Tomás Gómez, avalado para el puesto por Zapatero, y así comenzar a hacerse con importantes federaciones socialistas de cara al futuro Congreso. Parte de esa misma hoja de ruta fue el envío de Óscar López a Castilla y León, donde a regañadientes aguantó y logró ganar casi todos los votos para Rubalcaba en el cónclave decisivo. Tomás Gómez y su victoria en las primarias fue el primer revés. Carme Chacón la confirmación de que no iba a ser tan fácil. Retirada Chacón para que no retirasen antes de tiempo a Zapatero, el desplome electoral del Partido Socialista evidenció que no existían salvadores de las esencias que aguantarían un resultado digno. La vuelta de Chacón para disputar el Congreso del PSOE, y el apoyo de Tomás Gómez a su candidatura, le han valido al líder socialista madrileño figurar en el punto de mira del aparato de Ferraz. Las primeras asambleas celebradas en las agrupaciones madrileñas están siendo favorables en su mayoría a Gómez, pese a que todos los sectores cretácicos de la FSM están siendo movilizados en su contra. Sólo falta Pepe Acosta, que podría abandonar su preciado retiro en el Manolo para unirse al aquelarre contra Gómez. Y es que la victoria del que fuera Alcalde más votado de España sería un importante empujón para todos los que han salido tremendamente defraudados de Sevilla, además de un mensaje a la sociedad de que no todo parece estar perdido en el PSOE. Corren el riesgo en Ferraz de comenzar su mandato perdiendo sendas elecciones en Andalucía y Asturias, además del Congreso del PSM si Gómez logra mantener su cargo. Que traten de hacerle la cama al hombre es un síntoma de que en este PSOE las cosas vuelven a los orígenes. El que se mueve no sale en la foto. Pocas cosas peores podrían pasarles a los socialistas que comenzar dando una imagen de purgas estalinistas para con todos aquellos que no se sumaron a la ola de llamadas que se hicieron la noche previa a la votación del Hotel Renacimiento. Más sencillo hubiese sido la coherencia, y es que si la máxima de la continuidad, encarnada en Rubalcaba, es lo mejor para el PSOE, no tiene por qué ser diferente en el PSM. Tomás Gómez es el líder que necesitaba el socialismo madrileño desde hace muchos años, y no deberían los que antes han ocupado ese cargo meterse en camisas de once varas ahora que llevan tiempo sin ejercerlo. En algún momento deberá primar el estilo antes que los intereses, por mucho que los expresidentes tiren de móvil metidos en la harina de las noches congresuales. Pese a las idas y venidas de José Cepeda, que ha cambiado tantas veces de bando que debe tener dificultades para reconocer a los suyos (de ahora), y el terco empeño de algunos en moverle la silla, Tomás Gómez debe seguir en su puesto si el PSOE quiere aspirar a algo más que ser un buen partido de oposición durante la próxima década, por lo menos.

lunes, 6 de febrero de 2012

El PSOE da la espalda a sus votantes




Algo más de 400 delegados socialistas decidieron el pasado fin de semana dar la espalda a cuatro millones de votantes que abandonaron al PSOE el año pasado. Pudieron hacerlo gracias a un arcaico sistema de elección del Secretario General de su propio partido, que tampoco ha sido modificado durante este Congreso, a pesar de ser una demanda que llevaban en su cartera de enmiendas varias federaciones. No se elegirá al máximo mandatario del PSOE por sufragio directo de los casi 300.000 militantes socialistas. La cosa seguirá como estaba, porque funciona casi siempre bien para los aparatos y quienes dirigen el partido desde las sombras. Carme Chacón hizo un discurso dirigido a la gente. Estaba en directo en televisión. No quiso dirigirse sólo a los 960 delegados que la escuchaban en el salón de un hotel de Sevilla. Lanzó un mensaje de ilusión para esos millones de simpatizantes desilusionados. Escogió para ello un lenguaje adecuado, que inspiró a muchos, menos a varios tertulianos y algunos expertos (interesados). El discurso de Rubalcaba fue la misma letanía con la que castigó en los mitines de la campaña que llevó al PSOE al peor resultado de su historia reciente. No le costó al candidato elegir el registro: sólo tiene uno. En cambio Chacón aprovechó la oportunidad y habló para todos, no sólo para la casta de elegidos destinados a marcar el destino del PSOE para los próximos cuatro años. Ganó Chacón en su discurso, porque están los socialistas necesitados de alzar la voz. Ya no es tiempo de susurros. Perdió Chacón porque los poderes que todavía se resisten a abandonar el timón del socialismo se empeñaron la noche previa a la votación en mover a algunos indecisos, y a otros que recibieron con agrado lo que se les prometía por escribir en la papeleta un nombre distino al que tenían pensado. Abandona así el PSOE a una sociedad que ya desconfiaba de su capacidad de regeneración. Vuelven las aguas a su cauce, dejando el paso de José Luis Rodríguez Zapatero como una anécdota. Como la consecución de la anomalía que fue Josep Borrell, para que el sistema se reinicie de nuevo. El Matrix socialista cambia para que nada cambie. Fue lo que desprendió el discurso de Rubalcaba, y sólo hay que ver la nueva Comisión Ejecutiva Federal para darse cuenta de ello. No debería Chacón dejar de lado a tantos como se ha movilizado en su favor. Nadie dice que el PSOE deba ser el partido monolítico que es el PP. Todo lo contrario. Necesita España una alternativa que nazca desde voces discrepantes que hablen de cambio de verdad. Si decimos una cosa, la hacemos. Lo dijo Chacón, y lo dijo bien alto para que se escuchase en todo el país. El País. La defensora del lector del periódico progresista ha criticado con dureza ese artículo que pretendía hundir a Chacón antes de llegar a Sevilla. No lo logró. Las previsiones que daban 100 delegados de ventaja a Rubalcaba antes del cónclave sólo sirvieron para dejar en evidencia el desconocimiento de los que pronosticaban. Chacón llegó a Sevilla con los votos necesarios para ganar, y sin la intervención de las vacas sagradas del socialismo hoy sería la Secretaría General del PSOE. Por eso debe pensar ya en la siguiente batalla. Tiene la juventud, los apoyos y las ganas necesarias para seguir en el empeño de construir una alternativa creíble a la derecha que gobierna un país teñido de azul. Esos millones de votantes que abandonaron al PSOE capitaneado por Rubalcaba no van a volver. No lo harán, porque se han visto ignorados por el máximo órgano de decisión de un partido al que no votaron para enviarle un mensaje, y este se ha perdido. Como lágrimas en la lluvia se difuminó el grito de la sociedad, esas lágrimas que derramó Carme Chacón por la oportunidad perdida, no por ella, sino por un partido que camina por una peligrosa senda, destinado a ser desgarrado por centro e izquierda gracias al empuje de partidos pequeños a los que cada día la gente tiene más ganas de votar. El tiempo dirá si este fin de semana el PSOE se ha dejado su futuro en Sevilla. Patxi López será candidato en las primarias socialistas que no tardarán ni dos años en convocarse, y esperemos que Carme Chacón esté ahí para poner voz a lo que se ha silenciado en el Hotel Renacimiento de Sevilla.

viernes, 3 de febrero de 2012

Los fieles a Rubalcaba queman las naves

No hay vuelta atrás. Los fieles a Alfredo Pérez Rubalcaba queman las naves para tratar de inclinar la balanza a favor no de su candidato, sino de su propio futuro en la política. Es estos menesteres son socorridos por algunos que se retiraron de la política, pero siguen hablando de política. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, con el desparpajo habitual que le hizo famoso, dijo ayer que Carme Chacón era "Zapatero con faldas". Navajazo trapero en un intento de hacer ver a los delegados del 38 Congreso del PSOE que la candidata no es algo nuevo en el panorama político. Claro, lo dice alguien que apoya al que fue Vicepresidente, Ministro del Interior y Portavoz del anterior Gobierno. Rubalcaba, que además también fue de los que mandaba en tiempos de Felipe González, no debería dejar que los que le apoyan le hagan este tipo de favores. Sacar el debate de la fecha de caducidad política de un líder sólo llevará a los que tienen que votar a la conclusión de que Rubalcaba lleva más años en esto que algún ujier del Congreso. Eso si descontamos la derrota que sufrió en las elecciones, peor que la de Joquín Almunia, y que debería haberle llevado a presentar su dimisión esa misma noche en la que se abrieron las urnas para vomitar la debacle socialista. No hay discusión posible sobre quién representa el futuro del PSOE entre los dos candidatos. Es cosa de años, en todos los aspectos. También ideológicamente. Mientras desde el entorno de Rubalcaba sólo se habla de girar al centro para resolver todos los males, en el de Chacón la opción es más izquierda. Recuperar la identidad. Tiene toda la lógica. Si se va a gobernar con la idea económica del centroderecha liberal, eso saben hacerlo mejor los verdaderos representantes del mismo, y no un PSOE reconvertido. Los socialistas deben encontrar su ser en la izquierda, y profundizar en este ideología y sus opciones económicas para la sociedad. Necesitamos una salida distinta a este atolladero al que nos lleva Ángela Merkel con el aplauso entusiasta de Mariano Rajoy. La solución está a pocas horas, y sabremos quién dará la réplica a la escalada al monte del Partido Popular, mientras los huérfanos de Rubalcaba siguien apretando los dientes para arañar ese delegado que les dé la victoria.