viernes, 17 de enero de 2014

10 detalles para identificar a un apparatchick

Queda tan poco en el PSOE, y son tantos los que cogieron la puerta cansados de las cartas marcadas de los aparatos de turno, que abrir ese partido a la sociedad es tan necesario como lógico. Quizá ya haya más gente fuera del PSOE que en algún momento militó en el partido, que los que quedan en el interior. Por tanto, no hacerlo es ir contra la lógica, al menos la que dicta lo mejor para la formación política. Por contra, cerrar todavía más la estructura solo puede responder a una intención: seguir realizando la misma política, con las mismas formas y vicios adquiridos durante décadas, que han llevado a este PSOE a resultados electorales y cotas de intención de voto que solo pueden calificarse de humillantes para un partido que ha gobernado este país más años que ningún otro desde que volvió la democracia. Dicho esto, encontrarán en el PSOE a los miembros del aparato de siempre, y a otros, que camuflados bajo una falsa discrepancia esperan su momento para pasar a engrosar las filas de los que gozan de una nómina en Ferraz, Bruselas o a través de un cargo público. Esta es una sencilla guía, con diez detalles, que le permitirán identificar a los que forman parte del aparato político socialista. 

1º Un apparatchick no ha tenido nunca un trabajo fuera del partido. Su vida laboral, eso que nos manda a los trabajadores la Seguridad Social de vez en cuando, solo aparece poblada por remuneraciones de cargo público.

2º El apparatchick jamás osa contradecir al líder. Las palabras del sumo general bajan por la cadena de mando sin apenas modificaciones, y para ello son apoyadas por argumentarios. Estos documentos son el pensamiento del apparatchick. Para evitar meterse en líos, no pensará en otra cosa que no esté escrita en esas tablas de la ley que llegan cada mañana desde Ferraz.

3º Si alguna de las pocas voces críticas que quedan en el PSOE se atreve a discrepar de la dirección, el apparatchick saldrá inmediatamente a la palestra para llevarle la contraria. Esto sirve tanto para el apparatchick declarado como para el aletargado (el que espera turno bajo un manto de falsa independencia). Ambos querrán aparecer como fieles seguidores del líder, ya sea en la prensa o en las redes sociales, sumando méritos a su objetivo de no perder la nómina, o de ganarla de una vez.

4º Un apparatchick aletargado casi siempre aparece en escena embargado por la emoción. Sus expresiones para con la organización y su dirección serán de profunda admiración, acompañadas de genuflexiones ostentosas. Da igual que la encuesta en cuestión sea tan mala para el PSOE como para el PP, o que la declaración del líder o lideresa de turno sea la mayor perogrullada que se ha escuchado en política desde el "puedo prometer y prometo". Las lágrimas aparecerán en las mejillas del apparatchick, para comparar a Alfredo Pérez Rubalcaba con Barack Obama, o, incluso, con el propio Kennedy.

5º Generalmente, el apparatchick clásico y con algunos años a sus espaldas lleva varias legislaturas sentado en los sillones del Congreso, Senado, parlamento regional, ayuntamiento o diputación. Tanto tiempo ha pasado en esos salones de plenos, que algunos empleados pueden confundirlos con un cuadro.

6º El apparatchick, tanto aletargado como en activo, no quiere ni oír hablar de abrir las primarias a la sociedad. Empezando por los avales para ser candidato. Otrora adalides de la coherencia, la apertura y las agrupaciones incluso en Internet, claman ahora contra una fórmula que comenzaría a devolver a muchos socialistas a un partido del que se marcharon. Pero no, el PSOE es suyo, y bastante están haciendo (eso piensan) con dejar que voten previo pago y siendo incluidos en un censo, los que no tienen carné. Libertad, libertad, sin ira...

7º  El apparatchick clásico sigue pensando que una asamblea del PSOE a la que asisten cuarenta personas puede decidir el futuro de un barrio o ciudad con miles de habitantes. 

8º Para el apparatchick clásico, toda la prensa está en contra suya. Dicen, para disimular, que los periodistas van contra el partido, pero en realidad piensan que ellos son el objetivo. Su clan. Unos periodistas lo harán porque son de derechas, y otros porque sirven a los intereses de otros socialistas críticos. Cierta paranoia comienza a notarse en su tono de voz al referirse a la prensa.

9º Un apparatchick siempre preguntará al final de un congreso: ¿Quiénes hemos ganado?

10º Existe otro tipo de apparatchick, denominado "silente". Este espécimen trata de camuflarse en el silencio, mientras espera con nervio y ansia interior, pero expresión de calma exterior, la oportunidad de encontrar un acomodo mejor en el organigrama. Por ejemplo, un silente solo se presentaría a las primarias o como candidato en un congreso, si tiene asegurada la victoria.


Agradezco a mis colegas habituales en la barra del bar su colaboración para la elaboración de esta guía. Ellos, muchos en la lista de los que se fueron, sufrieron en sus carnes a los tres tipos de apparatchick durante su época de militancia. También los periodistas los tienen perfectamente identificados. En mi concepción de lo que debería se ser la política, estos personajes son una lacra para cualquier partido político. Anulan su evolución natural, y lo alejan de la sociedad. La limitación de mandatos sería una buena solución, pero ese sería el punto número 11. No encontrarán un apparatchick a favor de ello. Solo faltaba que alguien, cualquier humilde proletario, viniese a decirles cuánto tiempo pueden depositar sus posaderas en la poltrona. Buen fin de semana.



WIKIPEDIA

Apparátchik (en ruso: аппара́тчик; en AFI: [ʌpʌˈraʨɪk]; plural apparátchiki) es un término coloquial ruso que designaba a un funcionario profesional, a tiempo completo del Partido Comunista o la administración soviética (por ejemplo, un agente del "aparato" gubernamental o del partido que tenía un puesto de responsabilidad burocrática o política). El término no designaba a los altos cargos del Estado o el Partido.

Los miembros del "aparato" eran frecuentemente transferidos entre diversas áreas de responsabilidad, habitualmente con una formación escasa o inexistente acerca de sus nuevas responsabilidades. Debido a ello, el término "apparátchik", o "agente del aparato", era habitualmente el que mejor describía la profesión de aquellos.

Además, el término estaba generalmente asociado con unas ciertas disposiciones, actitudes y apariencias. Cuando lo usaban personas externas al Partido o la administración soviéticos, tenía a menudo connotaciones despectivas.

Actualmente, el término se usa también en contextos diferentes a los de la antigua Unión Soviética. Por ejemplo, se usa a menudo para describir a personas que causan cuellos de botella burocráticos en organizaciones que antes de su aparición eran eficientes.



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