Una vez más, y puede que por ello sus resultados en las encuestas sean los que son, la dirección actual del PSOE ha vuelto a defraudar a todos aquellos que esperaban el cambio que no se produjo en la mediática pero anodina Conferencia Política. La filtración de lo que Alfredo Pérez Rubalcaba y sus pretorianos quieren hacer de las Primarias socialistas ha sido un verdadero jarro de agua fría. A este paso, incluso las primarias de UPyD tendrán más emoción y serán más abiertas. Porque pretender que una persona que no es cercana al aparato del PSOE, a sus sedes y su vida interna, tenga que pasarse por una de ellas para inscribirse en un censo (los censos, siempre los censos), pagar dos euros y luego esperar a que se convoquen las Primarias, para volver de nuevo a esa sede a votar, es pedirle demasiado a un electorado que ha abandonado a los socialistas precisamente por ser un partido en el que solo quedan los aparatos y aquellos que apoyan esa forma de hacer política. El problema del PSOE es que está tan encerrado en si mismo, que incluso los pocos críticos que quedan viven una especie de síndrome de Estocolmo con estos temas. Entérense ya: los ciudadanos quieren algo más del partido progresista más importante de España. Rubalcaba, Elena Valenciano, Óscar López y demás familia van a ponerle todo tipo de trabas a un proceso que debería ser tan abierto como en Francia e Italia. Dicen que aquí en España los dirigentes del PSOE se van a conformar con que medio millón de personas voten en las primarias. Increíble. Es la asunción del fracaso antes de haber iniciado el proceso. Otra cuestión: ahora se nombrará una comisión que regulará las primarias, mitad y mitad entre la CEF y el Comité Federal socialista. Pero vamos a ver. ¿No pudo nombrarse esta comisión en la Conferencia Política, hace cuatro días como quien dice, con todas las garantías democráticas y el concurso de centenares de afiliados? Qué sentido tiene hacerlo ahora, a la vieja usanza. La más vieja, porque en realidad lo de la Conferencia no tenía nada de nuevo. Y luego la pretensión de que esto se dirima en una primera vuelta. El candidato que se lleve la victoria, previsiblemente lo hará con un tanto por ciento de los votos que no le permitirá cuestionar el liderazgo de Rubalcaba en el partido. Se volverá a la bicefalia, y el actual núcleo duro seguirá mandando en Ferraz. Todo atado. Es una verdadera pena que el PSOE deje pasar esta oportunidad para llevar a dos millones de personas a sus sedes, movilizando electoralmente a muchas personas que llevan tiempo en la calle luchando por sus derechos. Las encuestas son tercas, por mucho que ahora algunos hayan descorchado el champán al decir El País y Metroscopia que el PSOE (¡por fin!) está un punto y algo por encima del PP en intención de voto. No es ni el margen de error de la encuesta, pero ya se sabe que en casa del pobre... Parece que el diario de PRISA, tras unos meses de abandono, vuelve al rescate de Rubalcaba, al menos para darle una bocanada de aire antes de un Comité Federal en el que impondrá su criterio para las Primarias. Será la fórmula para organizarlas de los que no quieren este formato. Los mismos que se las cargaron hace tiempo para forzar un Congreso Federal, y ganarlo por 22 votos. Esa reunión de Sevilla se ganó por muy poco, y las elecciones se perdieron por un mundo de diferencia. La política es implacable a veces, y que solo una encuesta te ofrezca un resultado positivo es tan triste como este amago de Primarias que se prepara en la cocina de la calle Ferraz. Una vez más, tendrán que ser los ciudadanos quienes hablen claro, que no poner en su sitio a nadie, porque está claro que por malo que sea el resultado y claro el mensaje enviado, aquí nadie se va a su casa.
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